Anteriormente, se ubicaba en ese sitio el Centro Mercantil, que era la tienda departamental más importante de América Latina, siendo inaugurada por el Presidente de aquel momento el Lic. Porfirio Díaz en Septiembre del año 1899. Este Centro Mercantil causó gran impresión en la sociedad, ya que ofrecía a sus clientes una extensa variedad de productos, como sombreros, telas, y trajes que se importaban de Europa.

En el año de 1968 cambia su giro a servicio de hospedaje, convirtiéndose por fin en el Gran Hotel de la Ciudad de México, recibiendo a los visitantes de los Juegos Olímpicos realizados el mismo año en la Ciudad de México.

Este hotel, destaca principalmente por su elegante estilo y por la sofisticación que representa en su diseño. Caracterizado principalmente por su arquitectura Art Nouveau y su emblemático vitral Tiffany en el lobby de sus antiguos elevadores.

Este hotel es principalmente famoso por su arquitectura art nouveau, caracterizada por diferentes decoraciones que representan curvas, flores, hojas y vegetales. Este hotel, es una buena muestra del increíble trabajo que se puede realizar con la herrería, siendo los elevadores de rejilla, los primeros en instalarse en México.

Una de las características principales y tesoros de este hotel, es su enorme vitral de colores que adorna la bóveda, elaborado por Jacques Gruber en 1908, siguiendo el característico estilo Tiffany.

El esplendor y la grandeza de este hotel se vé representada en sus columnas dóricas que se remontan a una de las órdenes arquitectónicas más clásicas. La herrería enredada, representa a una de las pocas edificaciones de Art Nouveau de México que se conservan con el estilo inicial.

Rodrigo de Albornoz fue el dueño de la propiedad donde en 1896 se construyó el Centro Mercantil y Sebastián Roberts dio la orden de construir el almacén.