Teniendo en cuenta que en las naves industriales la calidad del aire se enfrenta a una interacción constante con factores biológicos, químicos y físicos, no es de extrañar que en numerosos casos en los últimos años, las edificaciones con deficientes instalaciones aire sean culpables del cierre de lugares de trabajo.
En esta instancia, es necesario una exhaustiva limpieza y una renovación total de las instalaciones de aire acondicionado, para no ir a generar pérdidas en la producción y en horas de trabajo, que se transformaran en pérdidas monetarias.
La calidad del aire, o del ambiente interior de cualquier nave industrial o bodegas, es el resultado de una combinación de factores, incluyendo el sitio, el clima, el diseño y construcción original, modificaciones posteriores, y los sistemas mecánicos, técnicas de construcción (cubiertas de lámina, cubiertas de arco, cubiertas a dos aguas) instalaciones de aire, fuentes de contaminación y otros aspectos destacados (materiales de construcción, mobiliario, humedad, procesos y actividades al interior y las fuentes de aire fresco), los ocupantes del edificio, operación y mantenimiento de la, ventilación y de aire acondicionado.
Evaluar adecuadamente y garantizar la óptima calidad y eficiencia de las instalaciones de aire es un proceso complejo, aunque poco confuso, sólo que se debe realizar como un proceso.
En primer lugar, es necesario desarrollar un perfil de calidad del aire interior. Una descripción de las características de la edificación, la función, la ocupación y el impacto de las instalaciones de aire. Puede servir un manual de propietario con referencias específicas de la construcción y de cómo se distribuye el aire en ella.
Mediante la compilación de datos detallados sobre el sistema de climatización y las instalaciones de aire, las vías de los contaminantes, las fuentes de contaminantes, y la ocupación de la construcción, son seguridad se podrán aclarar muchas interrogantes. Cuestiones puntuales como ¿Cuál es la función original de la edificación?, ¿Funciona la construcción tal y como fue diseñada?, ¿Qué cambios en la distribución del aire y en su utilidad se han producido desde su diseño y construcción original? y, ¿Qué cambios pueden ser necesarios para evitar futuros problemas de ambiente mal sano?
Estas preguntas ayudarán a identificar las instalaciones de aire y zonas con problemas potenciales y, darán una pauta para priorizar en los presupuestos necesarios para el mantenimiento y modificaciones futuras de estos sistemas.
